Poner en marcha un negocio en internet no es tarea fácil, por mucho que en los últimos tiempos la palabra emprendedor resuene por todas partes y desde cualquier institución o empresa con grandes pretensiones se invierta en marketing creando becas destinadas a la gente con nuevas ideas. Lanzarse a montar un e-commerce requiere tiempo, esfuerzo, dedicación, paciencia y sobre todo, saber «dónde está la pasta». Para empezar podríamos decir que antes de dedicar horas y horas a elaborar un plan de empresa con el que cautivar a los inversores es mucho más recomendable que te lances al agua con lo puesto, o lo que es lo mismo, aplica el método lean startup. Sí, suena raro y quizá arriesgado, pero si hay que fracasar que sea rápido y que nos cueste poco.
La filosofía lean startup se da la mano con el modelo Canvas del que ya hablamos hace unas semanas. Hoy no se puede dejar nada para mañana y esperar a estar preparados puede esconder el miedo al fracaso. La filosofía lean startup es una apuesta por la flexibilidad que nos invita a poner a prueba nuestra idea a pequeña escala para minimizar el tiempo y la inversión. Probar a pequeña escala nos ayuda a ir localizando y definiendo nuestras fortalezas, amenazas, debilidades y oportunidades, o lo que es lo mismo, nos invita a construir nuestro DAFO sobre la marcha, aprendiendo de nuestros fallos y potenciando nuestras virtudes. No hay que tener miedo al fracaso. Si nuestra idea no funciona es mejor aceptarlo y buscar un nuevo reto, una nueva oportunidad.
Quizá sea sólo un cambio de enfoque o quizá tengamos que desechar completamente ese objetivo y centrarnos en algo diferente. Cuanto antes mejor. Además, comenzar a pequeña escala te puede ayudar a testear los gastos de envío, problemas de distribución con aduanas y aranceles, tipos de embalaje, etiquetado, gestión del catálogo, organización del stock, necesidades de personal, formas jurídicas, requisitos y obligaciones legales y fiscales… hay muchas variables que controlar y lanzarnos a la piscina a lo grande sale mucho más caro que programar un crecimiento escalado a largo plazo.
Para empezar, si tu apuesta es un producto tangible quizá te interese vender en eBay, puede ser una buena prueba de fuego para saber si hay público interesado en el producto que ofertas. Si ahí no vendes ya sabes que la cosa no tiene buena pinta. También puedes buscar plataformas especializadas o montar un e-commerce con un CMS sencillo antes de lanzarte a la construcción de una web a la carta. Si Magento te parece complejo de entrada siempre puedes decantarte por WordPress o utilizar soluciones como la de Mabisy. Pero sobre todo, ten claro dónde están tus clientes y cómo vas a llegar a ellos. Seguro que si eres asiduo a las jornadas y charlas para emprendedores habrás oído en más de una ocasión que abrir una tienda en un callejón oscuro por el que no pasa nadie el lo mismo que abrir una tienda online. Un e-commerce comienza siendo un espacio varado en la inmensidad de la red que nadie sabe que existe. Por mucho que sea bonito, por mucho que sea perfecto, si no nos encuentran no venderemos.
¿Cuánto has pensado invertir en SEO? ¿Y en SEM? ¿Y en publicidad tradicional?