Esta nueva normativa regulariza tanto la contratación como la prestación de servicios a consumidores, siendo de aplicación a partir del 13 de junio de 2014 y en complemento a las cláusulas sobre el E-commerce ya contenidas en la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y por la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal.
Es por ello que todos los sitios web que presten servicios online deberán revisar antes de junio su site, sus contenidos y sus condiciones de contratación, las cuales deberán aparecer por lo menos en castellano y de manera legible. Asimismo, esta reforma también implicará cambios en el procedimiento de compra, en la información que se facilita al usuario sobre la misma, así como en el precio final del producto o servicio, el cual deberá incluir los gastos, las formas de financiación y modelos de pago, dando además la oportunidad al consumidor de renunciar a la compra en un plazo de 14 días desde que ha realizado la compra sin que tenga que asumir gastos adicionales.
Igualmente la nueva normativa permite al usuario rechazar la recepción de publicidad sobre los servicios que ha contratado, y obliga a la empresa prestadora de dichos servicios a cumplir unos serie de requisitos tanto para gestionar las quejas o reclamaciones, como para llevar a cabo los servicios de atención al cliente.
Con el fin de determinar el carácter abusivo de algunas cláusulas, las oficinas de atención al consumidor de ayuntamientos y comunidades autónomas tendrán la potestad de pedir a las empresas las condiciones de contratación acordadas con los usuarios o consumidores.
Todo lo expuesto hasta el momento significará la necesidad de modificar tanto las condiciones de contratación de nuestra tienda online como las formas de prestación de nuestros servicios. Ahora toca repasar a fondo las cláusulas de dicha normativa y ponerse manos a la obra, ya que junio está a la vuelta de la esquina.